UN MANUAL MEDIEVAL PARA IDENTIFICAR «BRUJAS»

En 1487 se publicó: el más extenso e importante manual para identificar, capturar, interrogar y castigar a los culpables – y especialmente, las culpables – de brujería: el Malleus Maleficarum (“El martillo de las brujas” en latín). Este libro fue usado durante siglos como una auténtica guía para «reconocer» las señales de que alguien se dedicaba a la brujería.

El tratado describía detalladamente los métodos por los cuales las brujas supuestamente obtenían sus poderes y de qué maneras los utilizaban, y explicaba paso por paso cómo identificar a las brujas y realizar un proceso por brujería. Sin embargo, contenía una gran cantidad de material reciclado de libros de demonología, tratados inquisitoriales e incluso supersticiones orales – como la capacidad de las brujas para volar –, siendo esta una de las razones principales por las que muchos teólogos lo criticaron por ser “poco riguroso”.

Con la publicación del Malleus Maleficarum empezó la época álgida de la caza de brujas. Los procesos se intensificaron y se recrudecieron las condenas, que anteriormente solían ser menores, como el pago de una multa o el destierro fuera del municipio. Otro aspecto en el que este tratado cambió la persecución de la brujería fue en dirigirla principalmente hacia las mujeres, a las cuales el libro describía como especialmente propensas a los engaños del demonio por ser “más crédulas, más propensas a la malignidad y embusteras por naturaleza”.

A pesar de su amplio uso, este libro causó un gran revuelo entre los teólogos, incluso entre quienes apoyaban la persecución de la brujería. El motivo principal era que contradecía en muchos aspectos las tesis oficiales de la Iglesia sobre demonología y brujería, pero también porque corría la voz de que los autores habían falseado una recomendación de la Facultad de Teología de la Universidad de Colonia aprobando su uso. Además, el libro autorizaba e incluso animaba a usar la tortura como método para obtener información y confesiones, una postura que muchos consideraban contraria a los valores cristianos.

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