LA BELLA Y LA BESTIA: ORIGEN Y ADAPTACIONES

La Bella y la Bestia«. Todos sabemos de qué va la historia. Disney se encargó (bastante bien, y no como hizo con Hércules) de ello: la joven Bella sacrifica su libertad por amor a su padre y acepta su puesto como prisionera de la Bestia en un castillo recóndito en un paraje francés. Una historia de amor, cuya moraleja es que la belleza está en el interior posee un personaje femenino, tan diferente a las otras princesas Disney, que hizo que muchas niñas de los 90 y 2000 tomaran a Bella como un ejemplo a seguir y la convirtieran en su princesa Disney favorita.

Pero bien, por si no os habíais dado cuenta aún: «La Bella y la Bestia» NO es un cuento original de Disney, como casi ninguna de las películas clásicas de la franquicia.

El cuento original de «La Bella y la Bestia» se remonta al s. XVIII en Francia de la mano de la escritora Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve en 1740, pero la versión que nosotros conocemos, y de la cual se han hecho todas esas adaptaciones fue la versión revisada del cuento de Villeneuve, publicada en 1756 por Jeanne-Marie Leprince de Beaumont. Hay quienes dicen que el origen de la historia se encuentra en El asno de oro de Apuleyo o el mito de «Eros y Psique», que sí que es cierto que guardan cierta relación.

Pero yo vengo a hablaros del cuento francés, de la versión de Villeneuve y de Beaumont.

Villeneuve escribió una serie de cuentos o relatos en 1740 con una estructura similar al Decamerón de Boccaccio: una anciana cuenta una serie de historias de carácter folclórico mientras se encuentra navegando por el mar. Lo que hizo Beaumont fue acortar la obra de Villeneuve y publicar el cuento en una colección llamada Magasin des enfants, ou dialogues entre une sage gouvernante et plusieurs de ses élèves. Con ligeros cambios, la versión de Beaumont se convirtió en la más sonada y famosa, pues solo un año después ya fue traducida al inglés.

¿En qué se diferencia el cuento francés original de la de Disney?

La versión original cuenta la historia de un rico mercader, el cual tiene tres hijas: las dos mayores eran vanidosas y egocéntricas; la menor, más humilde y bondadosa es Bella. Un golpe de mala suerte hace que el mercader pierda todas sus riquezas, por lo tanto los pretendientes que tenían sus hijas se esfumaron (ya sabéis cómo iban los matrimonios por aquella época). Un día, le llega la noticia al mercader de que uno de sus barcos había llegado a puerto con mercancías, por lo que tiene que marchar. Sus dos hijas mayores le pidieron que les trajera joyas y vestidos, pero Bella le dijo que solo con una rosa era feliz.

A partir de aquí, la historia es muy similar: el padre se pierde en el bosque, da con el castillo de la Bestia y queda prisionero. Pero en el cuento original queda preso por robar una de las rosas del jardín (para Bella). El mercader suplica por poder ver a sus hijas una última vez, a lo que la bestia responde que puede marcharse para verlas una vez más, pero a cambio, tendrá que traer a una de ellas para que ocupe su lugar. La que se ofrece es Bella, pues es culpa de ella.

El resto es prácticamente igual que la historia que conocemos, solo que no había muebles habladores. Pero se dice que los sirvientes sí fueron transformados… En perros o animalitos pequeños de compañía.

La historia de Disney, tanto la de 1991 como la de 2017, aporta una frescura e inocencia a la trama muy buenas: los muebles-sirvientes, las canciones, la trama de Gastón (siempre debe haber un malo en las historias de Disney) y el personaje tan bien definido de Bella como una joven soñadora que quiere ver mundo y devora libros uno tras otro. La versión más reciente, la de 2017 en acción real, da más importancia al feminismo que rebosa Bella y a la clara homosexualidad de Le Fou, lo que hace que ahora los niños normalicen esas situaciones.

También existe una versión franco-germana de la historia. Es el filme «Le Belle et la Bête» (2014) de Christophe Gans, una historia preciosa, con una fotografía espectacular que se acerca muchísimo más a la versión original de Beaumont. Sin canciones, sin muebles parlanchines, esta versión protagonizada por Léa Seydoux como Bella y Vincent Cassel como la Bestia. Dura casi dos horas y, si queréis conocer mejor la historia original, os recomiendo encarecidamente que la veáis.

Para los que sepan francés les recomiendo, obviamente, el cuento original de Beaumont.

En resumen, La Bella y la Bestia es mi película Disney favorita, junto con Enredados (2010) y Mulán (1998). No solo porque me parece que es de las primeras que rompen con el estereotipo «chica/princesa en apuros» que tanto gustaba a Disney, sino porque, como ya he dicho, Bella me parece un modelo a seguir y, el mensaje que se cuenta en la historia, es digno de recordar día tras día.

Libros y películas que se mencionan en el post (por orden de aparición):

La Bella y la Bestia (película de 1991), dirigida por Gary Trousdale y Kirk Wise
Hércules (película de 1997), dirigida por Ron Clements y John Musker.
La Belle et la Bête, (1740), de Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve.
La Belle et la Bête, (1756), de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont.
El asno de oro, de Apuleyo en Las Metamorfosis.
Eros y Psique, de Apuleyo en Las Metamorfosis.
El Decamerón (1351- 1353) de Giovanni Boccaccio.
La Bella y la Bestia, (película de 2017), dirigida por Bill Condon.
«Le Belle et la Bête» (2014), dirigida por Christophe Gans.
Enredados (película de 2010), dirigida por Nathan Greno y Byron Howard
Mulán (película de 1998), dirigida por Tony Bancroft y Barry Cook .

Autora: Andrea Montaño
Fecha: 1 de diciembre de 2017
Fuente: https://literatureismadness.wordpress.com/

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