ECUADOR: EL PAÍS QUE NO LEE

La literatura ecuatoriana es tan invisible que José Donoso y Carlos Fuentes, inventaron la figura de Marcelo Chiriboga, el supuesto escritor ecuatoriano olvidado por el Boom Latinoamericano, al que enseguida atribuyeron la correspondiente biografía, obra y hechos trascendentes.

Este intento fallido y jocoso, para sacar a Ecuador del anonimato literario del “boom”, inspiró la película “Un secreto en la caja”, que en clave de falso documental, recupera la vida y obra de Marcelo Chiriboga, al mismo tiempo que denuncia la desmemoria e ignorancia en Ecuador, el país que no lee, y siempre tropieza con los mismos males.

Javier Izquierdo, el artífice de “Un secreto en la caja” retoma el contexto político ecuatoriano desde la década de los 60 y 70, con las sucesivas presidencias de José Velasco Ibarra, el golpe de Estado y posterior mandato del general Guillermo Rodríguez Lara (1976), la Junta Militar (1976-1979) y finalmente el gobierno Jaime Roldós Aguilera, que terminó con la muerte de este último en accidente aéreo, un 24 de mayo de 1981.

En esa vorágine de acontecimientos reales, el escritor inventado no atisba diferencia sustancial alguna, en la medida en que la gente asume los postulados del gobernante del momento, olvidando los padecimientos anteriores, círculo vicioso que –con la excepción de Roldós-, ha ido repitiéndose hasta prácticamente el presente. Así lo dejará escrito en su novela “La línea imaginaria”, publicada durante su exilio en la República Democrática Alemana, además de otras creaciones a las que la crítica atribuye el atributo de obras cumbre del realismo mágico ecuatoriano, además de otras innovaciones.

El falso documental presenta todos los datos con una verosimilitud tal que no pocos fueron a buscar realmente las obras perdidas de Marcelo Chiriboga, o se preguntaron por qué Ecuador había relegado injustamente al olvido, a un escritor tan importante. Una parodia absoluta, desde luego incómoda para muchos, en la medida que pone delante de sus narices una realidad insoslayable, que André Hernández (2016) resume perfectamente en las siguientes conclusiones:

  • “Los artistas saltan el país como si fuera un charco en el asfalto. Las ferias del libro escasamente traen espectadores de afuera y menos de adentro”
  • “Hasta los mismos libros no entran ni salen fácilmente de las fronteras”
  • “El mejor escritor ecuatoriano fue autoría de un chileno y un mexicano”
  • “La literatura en Ecuador se encuentra escondida, tanto de los lectores extranjeros, como de su propia gente”

La invisibilidad, lejos de resultar anecdótica, siempre ha estado patente, desde Carlos Fuentes hasta otros reconocidos estudiosos como Agustín Cueva, Michael Handelsman o Javier Vásconez, pues como este último afirma “Ecuador es un país literariamente invisible. Puede ser fascinante escribir desde la invisibilidad, pero otras veces uno se siente desolado, impotente” (Arcos, 2006).

Desde luego, no se puede obviar los recientes esfuerzos de editoriales españolas como Candaya y Páginas de Espuma, por visibilizar la literatura de unos nombres concretos, haciéndose acompañar de una insistente campaña en medios, revistas especializadas, crítica, así como abundante presencia en las redes sociales.

Sin embargo, ese esfuerzo está limitado por el ruido excesivo y el encumbramiento sin mayor criterio de unos pocos autores, que transmiten al lector español –de por sí, ignorante en materia de literatura ecuatoriana– una falsa  idea de lo que esta última ha sido y es (al margen de su invisibilidad). No en vano, ignorar o pasar de largo por una riqueza narrativa insoslayable, que va desde la Generación del 30 en el siglo XX hasta la actualidad, no ayuda a sacarla precisamente del anonimato.

En ese contexto, algo tan sencillo y deseable como un club de lectura sobre literatura ecuatoriana, constituye una tarea agotadora y casi imposible de llevar a la práctica, cuando se plantee fuera de sus fronteras, por ejemplo aquí, en España. Si bien el desconocimiento de los autores seleccionados es un motivo de interés para acercarse a ellos, sus obras resultan prácticamente inexistentes en las librerías de la península, salvo alguna tímida excepción.

Pese a todo ello, la literatura ecuatoriana ahí sigue durmiendo el sueño de los justos, ajena al maltrato y desinterés de propios (y extraños).

Bibliografía:
Arcos Cabrera, C. (2006) La caja sin secreto: Dilemas y perspectivas de la literatura ecuatoriana contemporánea. Quorum, 14, pp. 187-210.
Arcos Cabrera, C. (3 de abril de 2016) La caja sin secreto y Marcelo Chiriboga (I). Larepublica.ec. Disponible en https://www.larepublica.ec/blog/2016/04/03/la-caja-sin-secreto-y-marcelo-chiriboga-dilemas-y-perspectivas-de-la-literatura-ecuatoriana-contemporanea-i/
André Hernández, J. (28 de diciembre de 2016). Marcelo Chiriboga y la literatura ecuatoriana imaginaria. Disponible en https://issuu.com/jorgeandre4/docs/marcelo_chiriboga_y_la_literatura_e

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